HL2 es el hermano pequeño de la serie de juegos en solitario de Dan Verssen Games, por lo que es ideal para familiarizarse con las reglas y mecánicas de la misma. El jugador gestiona un escuadrón de F18 de la US Navy, dedicado a desfacer entuertos en conflictos contemporáneos (Libia, 1986; Irak, 1991 y -nada tranquilizador- Corea del Norte, 2007).
Solo otro día en la oficina.
Una vez elegido el escenario y la duración de la campaña (corta, media o larga), se saca un objetivo del mazo de blancos. La carta de objetivo se coloca en el display táctico e incluye el tipo de blanco, sus defensas, el máximo de aviones que pueden atacarlo, la distancia a los portaviones y las recompensas en caso de destruirlo. También se despliegan al azar las defensas terrestres.
Escenario 4 de la Tormenta del desierto.
Hoy toca una misión de reconocimiento sobre Irak. Pueden volar hasta 2 aviones. Sus defensas antiaéreas incluyen misiles guiados por rádar SA-11 y SA-13, cañones de 23 y 37 mm y mísiles portatiles SA-14. Además, cuenta con un avión que sobrevuela la zona del blanco (el bandit), pero que no aparecerá hasta que nuestros chicos lleguen.
El hombre y la máquina.
El F/A 18 Hornet es un avión ligero de caza y ataque empleado por la Marina estadounidense (y el Ejército español, entre otros) para misiones de superioridad aérea y ataque al suelo. En HL2 disponemos de una reserva de pilotos (unos veteranos, otros novatos, unos más eficaces atacando al suelo, otros rápidos,…) que tienen que durarnos toda la campaña. Elegir los aviones y el armamento adecuados es la parte más difícil del juego. Hay que hacer más rotaciones que en un equipo de fútbol.
En este caso, la misión es sencilla. El objetivo es permanecer dos turnos volando bajo sobre el objetivo, y no hay mucha densidad de defensas antiaéreas. Lo único que me preocupa es el SA-11 del sur y el cañón de 37 mm del objetivo. El primero tiene un alcance de 1, por lo que puede atacar a los aviones que vuelen sobre su área o las adyacentes, pero afortunadamente, solo puede atacar blancos que vuelen alto. El cañón, en cambio, puede atacar a blancos a cualquier altura, pero solo en su sector (alcance de 0). Ambos hacen el mismo daño. Si la tirada de 1d10 modificada es menor que 3, fallan, entre 3 y 6, hacen que el piloto gane un punto de stress, un 7 o un 8 causarán daños en nuestro avión y con un nueve o más, lo derribaran. Hay otro cañón de 23 mm sobre el objetivo, pero no tiene tanta pegada.
Las tres gracias.
Así las cosas, volaremos con un novato para dar cobertura aire-aire, ya que en principio, salvo carta de evento mediante, solo se espera la presencia de un avión enemigo. El otro caza será un especialista en ataque al suelo, para lidiar con las defensas terrestres. El Hornet tiene 8 puntos fuertes donde colgar armamento, aunque en este caso, y debido a la distancia que hay hasta el objetivo, se pierde uno, para cargar una gas bag de combustible. Algunas de las armas ocupan dos espacios, y otras, las más destructivas, requieren el gasto de puntos especiales, limitados según la duración de la campaña, pero para hoy no parecen necesarias.
Us Navy: Exportando democracia.
Big Red, mi novato, vuela con cuatro misiles AA de corto alcance AIM-9 Sidewinder, y uno de medio AIM-7, que necesita al menos un 8 para impactar. Lleva una bomba “tonta” Mk.82, por si acaso. Banzai, un poco torpe en los duelos aéreos, pero un hacha atacando al suelo vuela con 2 Mk. 82 y otras dos bombas de racimo. Le he puesto 2 Sidewinder por que no me gusta que vuelen desnudos. Ambos llevan un pod de interferencias para hacerlos más difíciles de impactar (resta 1 a las tiradas de los malos que estén en su mismo sector). Y ya esta. A la cubierta del portaviones y pista.
Nadie dijo que fuera fácil.
Comienza la misión. Y lo hace con una carta de evento, que representa las incidencias que se dan en el vuelo de aproximación al objetivo. Tengo muy mala pata. Algún capullo de inteligencia se olvido de marcar las zonas de concentración de mísiles antiaéreos iraquíes y mi ruta pasa justo por encima. Me como tres ataques de mísiles guiados por rádar. Puedo eliminarlos, pero al precio de uno por cada misil antirradar que gaste. Lo malo es que ninguno de mis cazas lleva este tipo de armamento. Rechino los dientes, meto postquemador a tope, guiñada abajo mientras zigzagueo para ofrecer un blanco difícil y… tiro el dado.
Les temo más que a un nublao, oiga.
No me va tan mal. Mis pilotos esquivan los tres misiles, eso sí, Banzai sale con 2 puntos de stress y Big Red con otro. La guerra todavía no ha empezado y ya están pidiendo vacaciones.
Vista, suerte, y al toro.
Ya sobre el blanco, entro desde el sur, volando a baja cota, para evitar su SA-11. Hay que sacar otra carta de evento, pero, afortunadamente, esta no modifica las cosas. Finalmente, colocamos al caza enemigo. Uff. Un Mig-25 Foxbat. Un interceptor con mísiles de largo alcance, que hace daño con un 2+, y pilotado por un fenómeno con -1 para impactarle. Voy a sudar tinta. De calamar.
Empieza el baile. Como no tengo pilotos rápidos*, es el turno de los malos. El Mig 25 me da la bienvenida, disparando a Banzai, que responde con uno de los AIM-9, para anular el mísil enemigo. Big Red le tira con el AIM-7, pero el Foxbat lo esquiva con facilidad. Nos movemos, los Hornets hacia el blanco y el Foxbat, regla de la casa, se aleja de ellos, para mantener la ventaja que les dan sus mísiles de alcance 2. Fin del turno uno.
El turno dos es un calco del primero. El iraquí vuelve a atacar a Banzai, que trata de defenderse con su último Sidewinder. Falla. Afortunadamente, la tirada del bandido tampoco es buena, y Banzai sale de esta. Eso sí, con otro punto de stress y sin armamento aire-aire.
Turno tres. Sobre el objetivo y con el Foxbat, por fin, a tiro. Pero primero las defensas. La última vez que vuelo sin un piloto rápido. Los cañones fallan, en parte gracias a las interferencias de los pod. El misil del Mig pasa muy cerca de Big Red, aumentándole el stress. Mi turno.
Banzai suelta dos bombas de racimo sobre el cañón de 37 mm. Impactan a 5+, y Banzai suma 2 cuando ataca a tierra. El cañón es historia. Big Red le suelta al Mig dos de los tres AIM-9 que le quedan, necesito un 7. Saco un 2 y un 9. El primer derribo de Big Red.
Fin del turno tres: saldremos de esta.
Turno cuatro. Tengo que permanecer a baja cota para cumplir la misión, lo que hace que el cañón de 23 mm dispare. Le dejo hacer, y Big Red recibe otro punto de stress. Banzai lo silencia definitivamente con una Mk. 82, y salimos, de nuevo volando bajo dirección sur, mientras el rádar del SA-11 trata inútilmente de adquirirnos.
The long way home.
Esto no ha acabado. Hay que volver al portaaviones, lo que significa sacar otra carta de evento. Apenas me queda armamento para lo que se me viene encima. Por suerte, es una carta de Search and Rescue. Puedo guardarla, y si alguno de mis pilotos es derribado en el futuro, los chicos de las fuerzas especiales lo darán todo para rescatarlo.
Debriefing.
Una vez de vuelta en el USS Enterprisse es el momento de presentar los informes y vacilar en la cantina. Completar la misión nos da 1 punto de victoria y nos permite subir el marcador de Recon en 1 (Recon, Rádar, Intel e Infra son 4 marcadores que afectan a las defensas del enemigo, y determinadas misiones los hacen aumentar). Además, mis chicos ganan 2 puntos de experiencia por completar la misión sin bajas.
Hasta aquí las buenas noticias. A los puntos de stress obtenidos durante el combate hay que añadirles, en este caso, otros 2, basados en la distancia que hay que recorrer hasta llegar al objetivo e indicados en la misma carta. El stress acumulado se reduce ahora en tantos puntos como el atributo de frialdad del piloto, uno por barba.
Iceman y Maverick 2.0.
En conclusión: Una de las misiones más sencillas del juego, y el que probablemente sea mi mejor piloto aire-tierra acaba shaken, con lo que hasta que su stress no baje de 4, se le aplicara la línea roja. Big Red esta a punto de llegar ahí. A estos dos les queda una temporada chupando banquillo. Si el stress supera el máximo en rojo, los pilotos están de los nervios, y no pueden volar hasta que se controlen. Trabajo para los psicólogos de la Marina.
*El hecho es que Banzai es rápido, y yo un capullo por no darme cuenta.
Opinando, que es gerundio.
Un juego muy divertido, probablemente gracias a su sencillez. En principio parece ideal para rellenar huecos, pero conforme avanzas, las misiones se hacen cada vez más complejas. Equipar 10 Hornets para una incursión contra el aeropuerto Internacional Sadam Hussein, en el que te esperan 20 sites y hasta 16 bandidos, más los que despeguen cada turno, más los eventos, más… es algo que no se solventa en media hora.
Aunque la preparación es la cabeza del león del juego, la ejecución de la misión también es divertida, con momentos de pánico cuando el dado cae como no debe. Aunque duela, a veces hay que volver al portaaviones con el rabo entre las piernas y vivir para luchar otro día.
HL2 sigue la senda de Phantom Leader (sobre la guerra de Vietnam) y Hornet Leader: CAO, una versión más completa del que nos ocupa. HL2 y sus ampliaciones pueden descargarse en la web de su diseñador en versión pdf y/o Vassal por entre de 12 y 18€. También esta disponible una demo gratuita para Vassal, que es de donde salen las imagenes de esta reseña.
La única pega es que, al final, se quede corto. Para eso están sus hermanos mayores, aunque he de reconocer que me parecen un poco caros (90 dólares) para un juego en solitario.
Más info en la web:
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